Como madre de familia y  psicóloga infantil creo firmemente en centrarse en reforzar las conductas positivas en lugar de castigar por las conductas negativas. Esto se deriva de mi conocimiento de lo que los conductistas han estudiado sobre el comportamiento humano y mi experiencia de primera mano con los niños. El refuerzo positivo funciona y también ayuda a fomentar la independencia, habilidades para la vida, y la autoestima. Se centra más en el respeto mutuo de las diferencias de poder.

Castigar (tales como los tiempos de espera y quitar privilegios) funcionan también y a veces son necesario, pero si las conductas positivas se refuerzan regularmente, habrá menos necesidad de los castigos y a su vez menos las luchas de poder.