TEATRO, CIRCO Y CIENCIA CON CIENTÍFICLOWNS
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Por Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 14 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt). Son las 17:00 horas y Alejandro Romero y Alma Pinillo ya tienen puesta su bata blanca y una pequeña bola roja en la nariz, su actuación inicia a las 18:00 horas; esta vez el escenario es el Teatro de la Ciudad, en pleno zócalo de la capital poblana. En la entrada, un cartel anuncia la función gratuita de Científiclowns, una puesta en escena que conjuga teatro, circo y ciencia.
Aún son vacaciones y no puede ser más conveniente esta opción para los padres de familia que buscan un espectáculo diferente para los niños; sin gastar dinero, ellos y sus hijos aprenden cómo la ciencia está presente en muchos aspectos de su vida.
Alejandro Romero, actor y director de esta puesta en escena, comenta en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que la intención de Científiclowns es crear en el espectador la duda, más que la certeza.
“Lo que se busca no es enseñar conceptos, sino permear el pensamiento racional y generar expectativa, nuestra obra está diseñada para que te acerques a la ciencia por curiosidad, es decir, sales con más preguntas que conceptos aprendidos, porque lo que se transmite son emociones y no necesariamente conceptos”.
El eje de Científiclowns se basa en dos personajes, Alejandro y Alma, quienes cuentan al público cómo convencieron a su mamá para estudiar ciencia y cómo es que encontraron la relación de la ciencia con su vida cotidiana. A partir de sus relatos, siempre interactivos con el público, es como se pueden observar experimentos de química, física y matemáticas muy ligados a su vida cotidiana.
La ciencia de la vida diaria
Los temas fueron elegidos en un principio, asegura Alejandro Romero, basados en una línea conductual sobre el cambio climático y la forma en que afecta este fenómeno a nuestro planeta; sin embargo, sobre la marcha se percató que para explicar eso tenía que entender otros conceptos y términos de física, química y matemáticas, fue así como se definieron cuatro experimentos de estas áreas.
“El reto era relacionarlo con nuestra vida, pero afortunadamente el comportamiento, por ejemplo; de los átomos, los protones y neutrones, etcétera, es muy similar al de las relaciones que todos los días construimos entre hombres y mujeres que se relacionan, se unen, separan y conforman otros elementos, es por eso que apoyados en esa similitud es que podemos hablar de ese tema, por ejemplo”.
El proyecto surgió hace cuatro años, de los cuales tres se invirtieron en planeación, diseño y estudio de los temas científicos que se abordarían. Para esto, Alejandro Romero tuvo que recurrir a asesorías y supervisión de especialistas del área de física, química y matemáticas.
“Tuve que regresar a clases de nuevo, buscar asesoría con académicos y después escribirla y montarla, y hacer posteriormente un casting con personas con especialidad en área de ciencias”.
Fue así como se integró al proyecto Alma Pinillo, ingeniera ambiental, quien reconoció en entrevista que integrarse a una compañía de teatro le implicó vencer muchas barreras, desde las formativas, pues su orientación no era histriónica, hasta el hecho de considerar los conocimientos y la forma de transmitir los mensajes al público.
“Estar en el escenario con la responsabilidad de dar un mensaje es algo muy serio, es un proceso del cual tienes que hacer conciencia, acompañado de muchas lecturas, talleres y ensayos. En mi caso, la experiencia implica entrega y responsabilidad, pero sobre todo dejar de lado los prejuicios que se pueden tener porque tienes una formación y supones que ya lo sabes todo, y no siempre es así”.
Científiclowns lleva un año en escena y desde entonces han presentado 100 funciones en Puebla y otros estados como Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, Ciudad de México y Tlaxcala, además de España, donde se inició como parte de un proyecto académico financiado por la Embajada Española en México. Asimismo, han participado con apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Puebla (Concytep) y en coordinación con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en eventos de divulgación científica como campamentos de verano, la Noche de las Estrellas y la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, entre otros.
“Somos la única compañía que mete circo y ciencia, todo esto forma parte de un proyecto que se divide en tres partes. La primera es la presentación de la obra; la segunda es realizar el primer Encuentro Estatal de Monólogos Científicos en Puebla, el cual propone que al menos 10 científicos puedan exponer temas de ciencia al espectador, a partir de sus propias vivencias. Esta fase se llevará a cabo a mediados del próximo año, cuando termine la temporada de teatro. Y la tercera fase implica la conjunción de experiencias y aprendizajes para crear un modelo específico de teatro de ciencia que pueda llevarse a otros escenarios, incluso internacionales”.
Pronto iniciará la función, el teatro luce lleno y los asistentes se preparan para una función que difiere de lo que están acostumbrados. Se sorprenden con el fuego en las manos, un experimento que demuestra el principio químico de la combustión. Cubren sus caras cuando el actor les cuenta la historia de las misiones que han llegado al espacio. Su representación a través de una botella de plástico que apunta hacia el público sorprende y entretiene, sobre todo al momento de explotar y volar. Poco más de una hora ha transcurrido entre risas y una participación constante por parte del público. La ciencia los divierte y quizá sin pensarlo también aprenden.