Villa Educación

Jueves 10 de abril de 2025

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DESARROLLA IPN SISTEMA QUE DEFINE CÓMO APRENDEN MATEMÁTICAS NIÑOS DE PRIMARIA

Un algoritmo que permite determinar el tipo de aprendizaje predominante en niños de primaria fue desarrollado por estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME, Culhuacán), cuyo objetivo es reforzar la enseñanza de matemáticas; no obstante, los resultados del sistema pueden servir para delinear estrategias de enseñanza en cualquier área del conocimiento.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Guadalupe Monserrat Sandoval Vizcaíno, estudiante de séptimo semestre de la carrera de ingeniería en computación de la ESIME y una de las involucradas en el proyecto, explicó que se trata de una herramienta de apoyo para la enseñanza de matemáticas que permite a los docentes definir a través de cuatro pruebas el tipo de aprendizaje e inteligencia predominante en sus grupos de clase.

“Saber con precisión el tipo de aprendizaje e inteligencia que predomina en cada uno de sus alumnos permitirá al profesor diseñar estrategias de aprendizaje más efectivas, sobre todo en el área de matemáticas que es donde México ocupa uno de los últimos lugares en la Prueba PISA. No se trata de que use una estrategia para cada alumno, pero sí podría segmentar sus clases por grupos integrados por aquellos niños con los mismos tipos de aprendizaje e inteligencias predominantes”.

 

Por su parte, Gabriel Candia Lemus, estudiante del último semestre de la carrera de ingeniería en computación de la ESIME, quien también trabajó en el desarrollo, dijo que el sistema es capaz de identificar el aprendizaje visual, auditivo y kinestésico, así como las siete inteligencias múltiples descritas por Howard Gardner que son la inteligencia lógico-matemática, lingüística, musical, espacial, kinestésico-corporal, interpersonal-intrapersonal y naturalista.

“Cuando un niño tiene desarrollada mayormente la inteligencia lógico-matemática, evidentemente se le facilita su aprendizaje, pero eso no quiere decir que un niño con otro tipo de inteligencia más desarrollado no pueda aprenderlas y en ello radica la importancia de saber también su estilo de aprendizaje. Hay que precisar que todas esas formas de aprendizaje y tipos de inteligencia están presentes en todas las personas; no obstante, todos las tenemos desarrolladas de maneras diferentes”.

¿Cómo reconoce el sistema la inteligencia y tipo de aprendizaje más desarrollados?

A través de una computadora o directamente en la página web que los jóvenes desarrollaron para albergar el sistema, a los niños se les aplican tres pruebas (20, 25 y 40 preguntas). “Se trata de preguntas muy básicas, por ejemplo qué te gusta más, jugar, dormir o practicar algún deporte, qué música te agrada más, es decir, preguntas generales y a cada una se le asignan tres respuestas, una relacionada con el aprendizaje visual, otra con el auditivo y una con el kinestésico”, explicó Guadalupe Sandoval.

Entretanto, Gabriel Candia añadió que cuando el niño termina de responder el test, su algoritmo corre una serie de procesos que arrojan los resultados al profesor, así como una serie de recomendaciones de las áreas donde debe reforzar las estrategias de enseñanza para mejorar el aprendizaje del niño.

“Nuestros resultados están pensados para mejorar el aprendizaje de matemáticas y para ello consultamos a un grupo de maestros que imparten la materia a nivel primaria; sin embargo, se podrían generar también estrategias de aprendizaje en otras áreas”.

Entrevistado también por la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Jorge Fernando Veloz Ortiz, profesor investigador de la ESIME y uno de los asesores del proyecto, dijo que el sistema ya fue sometido a diversas pruebas con niños de nivel primaria e incluso adolescentes y profesores.

“Tenemos la certeza que funciona porque validamos los resultados de esas primeras pruebas con expertos, lo que nos permitió comprobar el funcionamiento de los algoritmos desarrollados por los alumnos”.

El potencial del desarrollo tecnológico

Iovanna Alejandra Rodríguez Moreno, profesora investigadora de la ESIME, quien también asesoró el proyecto, señaló que el sistema es de gran relevancia porque al aplicarse previo a la enseñanza de alguna materia, su impacto se traduce en la generación de conocimiento. “Ese conocimiento, desarrollado a nivel primaria, garantiza también que el alumno tenga una mejor trayectoria a lo largo de toda su vida académica”.

Asimismo, añadió que otro elemento de gran valía para el sistema es que a diferencia de otros similares que ya se ofertan en el mercado, el desarrollado por los alumnos de la ESIME está pensado en las necesidades de los niños mexicanos. “Es un sistema que desde el área computacional se conoce como Sistema Experto porque aplica algoritmos de inteligencia artificial que permiten obtener resultados precisos sobre el estilo de aprendizaje y la inteligencia múltiple prioritaria”.

La doctora añadió también que todos los cuestionamientos que se abordan en el test no les resultan tediosos a los niños ya que se trabajó la información de una forma que evita hablar de matemáticas pero que sí define su aprendizaje a través de conceptos de la vida cotidiana.

A su vez, el doctor Jorge Veloz Ortiz dijo que al descubrir cómo aprendemos estamos en condiciones de aprender lo que queramos y en ello radica el gran potencial de la herramienta. “Además los alumnos desarrollaron un sistema muy intuitivo con sistemas visuales coloridos muy ad hoc para niños de sexto año de primaria”.




REBELDÍA EN LA ADOLESCENCIA: POR QUÉ APARECE Y QUÉ HACER

Recomendaciones y claves para gestionar la rebeldía en los adolescentes.

Sea porque la hemos vivido en nuestro momento o sea porque se tienen hijos o familiares en dicho momento de desarrollo, la mayor parte de la población sabe ya que la etapa de la adolescencia es una etapa complicada de vivir. Es frecuente que durante este periodo de desarrollo y maduración aparezcan riñas, discusiones o incluso conflictos en la relación entre padres e hijos, o entre adolescentes y adultos en general. La rebeldía en la adolescencia es uno de los principales puntos que puede hacer difícil el contacto entre los más jóvenes y los adultos.

Pero aunque a veces puede ser frustrante para ambos “bandos”, no es algo extraño ni malo: una gran mayoría de personas ha tenido en algún momento algún tipo de fase rebelde y desafiante para con lo establecido, siendo algo no sólo frecuente sino también sano para el desarrollo de la propia identidad. En este artículo vamos a hablar brevemente sobre qué supone o por qué aparece esta fase de rebeldía y cómo reaccionar ante ella en la educación y contexto familiar.

Adolescencia: una etapa compleja

Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de hablar de adolescencia es el hecho de que, independientemente de que se presente rebeldía o no, estamos ante un momento complicado y extraño. La adolescencia es el período de maduración y crecimiento más relevante de nuestro desarrollo, siendo esta etapa el paso hacia la edad adulta desde la infancia y transcurriendo aproximadamente entre los once y los veinte años de edad.

En la adolescencia llega la pubertad y el cuerpo empieza a sufrir una transformación acelerada. Aparecen los caracteres sexuales, nos cambia la voz, nuestro tamaño y fuerza aumenta en gran medida y se producen grandes cambios hormonales que alteran nuestro estado de ánimo y nuestra conducta.

A su vez, se empieza a dejar atrás la etapa infantil y empiezan a aparecer demandas por parte de la sociedad cada vez más complicadas, más adultas. Empieza a exigirse cierta responsabilidad sobre los propios actos y se empieza a dar cada vez más importancia a las relaciones sociales.

Los padres dejan de verse como seres perfectos y se empiezan a ver sus limitaciones y las diferencias existentes entre ellos y el adolescente, a pesar de que se sigue siendo dependiente de ellos. Se produce por lo general cierto alejamiento de la familia y las amistades pasan a focalizar la atención y la preferencia del futuro adulto.

El pensamiento también cambia, tanto como efecto de los cambios madurativos cerebrales como por los cambios psicosociales derivados de ellos. Va a ser durante el transcurso de la adolescencia en que se desarrollan gran parte de las funciones ejecutivas, tales como la capacidad de planificación, orientación a metas, iniciación del control y la inhibición de la conducta, la organización de la propia actividad o flexibilidad mental.

Es también una etapa de exploración: además de todo lo anterior se van abriendo nuevas posibilidades y aparece una mayor apertura y búsqueda de experiencias. Asimismo, poco a poco se va a ir generando la identidad según se van explorando diferentes patrones conductuales y seleccionando los valores nucleares que van a conducir nuestra conducta.

Teniendo todo ello en cuenta, la adolescencia puede llegar a ser muy angustiante y generar una gran tensión en quien la sufre, pudiendo reaccionar con cierta hostilidad y siendo habitual que aparezca cierta rebeldía.

La rebeldía en el adolescente: ¿por qué ocurre?

Observando el punto anterior, podemos identificar y tener en cuenta algunos de los motivos por los cuales puede llegar a aparecer la rebeldía en el adolescente. A continuación se explican algunos de ellos.

1. Cambios biológicos y hormonales

Parte de la rebeldía presente en el adolescente tiene un origen biológico (si bien ello no debe servir de justificación para conductas indeseables). Por un lado, el cerebro y especialmente el lóbulo frontal y especialmente el prefrontal aún no están completamente desarrollados, siendo este el sustrato biológico principal que permite el desarrollo de habilidades como la capacidad de inhibición de respuesta, el control y capacidad de gestión o la motivación y orientación a metas.

También destaca el hecho de que el cerebro de un adolescente es mucho más sensible a la estimulación de neurotransmisores como la dopamina, algo que promueve la experimentación y la búsqueda de sensaciones placenteras (siendo algo que favorece por ejemplo la toma de actitudes arriesgadas y peligrosas para la propia salud).

Además de ello, también debemos tener en cuenta la presencia de cambios hormonales: la testosterona está asociada por ejemplo a un aumento de la competitividad y la agresividad, mientras que los cambios hormonales que se dan durante el ciclo menstrual (que aparece en la pubertad) pueden generar con mayor facilidad irritabilidad y cambios en el estado anímico.

2. Pensamiento egocéntrico

Otro de los motivos de la rebeldía adolescente es la asunción de un pensamiento egocéntrico típico de la edad: el adolescente se cree invulnerable y omnipotente, estando excesivamente confiado en sus propias ideas y presentando sesgos que disminuyen la importancia de información contraria a ellas.

Resulta más complejo detectar y aceptar la existencia de visiones alternativas de la realidad igualmente válidas (aunque puedan ser opuestas), considerándolas falsas o equivocadas.

3. Búsqueda de autonomía y creación de la identidad

Otra de las principales causas de la rebeldía es la búsqueda de autonomía y de la creación de la identidad personal. El adolescente está en una etapa en que necesita experimentar de cara a poder determinar quién es, realizando diferentes conductas y observando si se ajustan o no a sus valores y preferencias o los efectos que tienen.

La rebeldía también puede ser una búsqueda de autonomía, un intento de que las figuras de autoridad le reconozcan no como a un niño o con un papel sumiso sino como un agente activo e independiente. Puede estar pidiendo una reducción de los límites existentes hasta el momento o procurar lograr observarse a sí mismo como un sujeto independiente.

Si bien la rebeldía suele verse como algo frustrante o como una respuesta a una autoridad no reconocida, lo cierto es que el adolescente rebelde también puede en el fondo estar pidiendo que se le pongan unos límites que indiquen que está bien o que está mal, hasta dónde puede llegar o qué se espera de él.

5. Confusión ante los cambios y demandas

Hemos indicado ya que el adolescente está sumido en una etapa de cambios y contradicciones continuas: no es niño pero no es adulto, se le exigen responsabilidades que hasta ahora no existían y aunque se quiere autonomía también se sigue queriendo el afecto del entorno familiar. También es habitual que no sepan hacia dónde dirigir sus esfuerzos, algo que les puede generar gran frustración. Asimismo el adolescente tiende a sentirse incomprendido, no siendo para él su experiencia compartida por otros del mismo modo o con la misma intensidad. La rebeldía también puede aparecer como respuesta de frustración ante dichas contradicciones y sensaciones.

6. Conflictos interpersonales y sociales

Durante la adolescencia es habitual que aparezcan diferentes conflictos interpersonales. Es la etapa en que las amistades son más importantes, desplazando a la familia en cuanto a foco de afecto, y también en la que empiezan a darse las primeras relaciones de pareja. Asimismo la vida académica se hace más exigente, lo que puede llevar a frustraciones. Todo ello puede tener un efecto en el adolescente, apareciendo la rebeldía como vía de escape o de ventilación emocional.

7. Problemas más severos

Los fenómenos hasta ahora comentados son normativos, pero no podemos dejar de lado la posibilidad de que aparezca rebeldía o irritabilidad en respuesta a situaciones aversivas o dolorosas que no son las habituales. Por ejemplo, la vivencia de acoso escolar, consumo de tóxicos, abusos de algún tipo o el padecimiento de algún problema de salud mental como la depresión.

¿Qué hacer ante un adolescente rebelde?

Puede ser complicado relacionarse con un adolescente rebelde, pero lo primero que tenemos que tener en cuenta es que salvo excepciones la rebeldía es en realidad positiva ya que a la larga les va a ayudar a encontrar su propio camino de manera independiente. El hecho de que existía rebeldía no implica que deje de querer a su entorno o que haya dejado de necesitar de su protección.

Hemos de procurar en primer lugar ser empáticos y entender los profundos cambios que el adolescente está sufriendo. La comunicación fluida entre entorno y adolescente es también muy importante. No se trata de forzarle a hablar si realmente no quiere, sino de hacer ver que se está dispuesto a escuchar. Compartir la propia experiencia también puede ser de utilidad (todos los adultos hemos pasado por la adolescencia, al fin y al cabo) a la hora de que puedan tener algún tipo de modelo de conducta, si bien consejos no pedidos por lo general no suelen ser bien recibidos.

Y casi más importante que hablar es escuchar, siendo relevante que el menor se sienta escuchado. El adolescente ya no es un niño y su opinión debería ser tenida muy en cuenta, además de que una escucha activa favorece la expresión de miedos y dudas que otro tipo de actitudes no permitiría. Asimismo debatir y valorar la opinión respecto a diferentes temas puede ayudar a una mejor comprensión mutua.

Otro aspecto a tener en cuenta es el entorno social en el que el menor se mueve. Como hemos visto anteriormente las amistades han pasado a ser una de las influencias más importantes, siendo relevante favorecer (sin obligar) entornos positivos y analizar problemáticas como el acoso escolar.

También hemos de procurar no ser autoritarios y respetar la libertad y autonomía del adolescente: en caso de desacuerdo la negociación puede ser una vía óptima de encontrar una postura que guste a ambas partes. La prohibición o el castigo injustificado solo generarán reactancia y una posible desobediencia más marcada. Eso sí, que la rebeldía sea hasta cierto punto buena no debe cruzar ciertos límites: no deben tolerarse faltas de respeto evidentes ni agresiones, y el hecho de negociar no implica ceder a cada cosa que desee.

Referencias bibliográficas:

Siegel, D. (2014). Tormenta Cerebral. Barcelona: Alba.

Weyandt, L, L. & Willis, W.G. (1994). Executive function in school - aged children: potential efficacy of tasks in discriminating clinical groups. Developmental Neuropsychology. 10, 27-38.




¿CÓMO INTERACTÚAN LOS NIÑOS CON INFORMACIÓN EN INTERNET?

(Agencia Informativa Conacyt). Internet es un medio al que prácticamente cualquier persona puede subir información y ello supone uno de los principales retos en la red, pues mucha de ella es falsa o está llena de imprecisiones. “El problema se agudiza cuando encontramos sitios que ofrecen información contradictoria”, explicó la doctora Emilia Ferreiro, investigadora emérita del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La doctora, también investigadora emérita nacional, dijo en entrevista que en ese contexto asesoró la tesis doctoral de Marina Kriscautzky Laxague, quien se dio a la tarea de identificar y describir el proceso que los niños de primaria realizan al interactuar con la información en la red para determinar si lo que encuentran es confiable o no.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Marina Kriscautzky, coordinadora de Tecnologías para la Educación en la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de Información y Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que durante su proyecto plantearon a chicos de 4o a 6o grado de primaria información contradictoria encontrada en Internet sobre el proceso de momificación en el antiguo Egipto.

“Es un tema antiguo, pero que atrae mucho a niños y jóvenes, por eso lo elegimos. La contradicción se refería a un detalle específico en el proceso de momificación; les pedimos a los niños investigar en Internet si se extraen todos los órganos, incluido el corazón o si se les deja el corazón a los cadáveres que serían momificados”.

Durante la intervención con los alumnos de sexto año de primaria, las investigadoras explicaron que encontraron que los niños aplican algunos criterios que les permiten descartar datos que no son confiables; no obstante, el principal criterio que consideran es la cantidad de fuentes que retoman un dato, es decir, entre más aparezca la información, dan por hecho que es confiable, “aunque necesariamente no es así”.

A partir de estos hallazgos decidieron replicar las entrevistas con niños de cuarto año de primaria y encontraron que también es posible abordar con ellos el tema de la confiabilidad de la información, aunque los criterios que aplican para descartar la que no es confiable son aún menos fuertes que los aplicados por los niños de sexto año de primaria. “El objetivo fue identificar cómo piensan este problema y cómo pueden proponerse estrategias para resolverlo”.

“Sobre esa inquietud propusimos a parejas de niños que buscaran información en una situación real de búsqueda en Internet y nos dijeran cuándo daban por terminada la búsqueda porque el resultado les parecía confiable. El interés educativo de los resultados consiste en mostrar que, desde los nueve a 10 años, los niños son sensibles a esta dimensión de la confiabilidad de la información y lo resuelven de distintas maneras”.

Criterios infantiles

De acuerdo con el estudio, el criterio al que más recurren los niños es la “confiabilidad por voto democrático”, es decir, el ya mencionado donde la mayoría gana y les resulta confiable aquella información que se replica en muchos sitios. “En este punto los niños consideraron que si la información aparece en al menos tres sitios web distintos, se torna confiable y lo interesante es que se trata de un criterio cuantitativo que nada tiene que ver con la calidad de la información”.

Un aspecto que llamó la atención de las investigadoras cuando los niños aplican este criterio es cómo hacen para encontrar coincidencias. “Los pequeños hacen uso de su memoria de corto plazo mientras realizan una segunda o tercera búsqueda para retener lo primero que leyeron, lo cual implica un proceso cognitivo complejo y eso es muy interesante”.

Un segundo criterio de confiabilidad que aplican los niños es la búsqueda de imágenes que aporten información que coincida con lo que han leído durante la búsqueda. “Este es un segundo elemento que involucra también un proceso complejo en el razonamiento de los infantes porque se obligan a interpretar y comparar la información que están leyendo —y reteniendo en la memoria de corto plazo— con la contenida en las imágenes”.

Otro elemento que apareció durante las entrevistas, al cual recurren los niños como una forma de verificar que la información que encontraron es confiable, es la búsqueda de videos relacionados con el tema. “Los niños consideran que si lo vieron en video es real y en algunos casos intentan compararlo con la incidencia de apariciones de la información en diversas páginas, pero en la mayoría de los casos si lo vieron en video, lo dan por sentado”.

De acuerdo con las investigadoras, aun cuando no fue el criterio de mayor incidencia, sí les resultó de los más importantes que los niños se esforzaran en analizar la información a partir de una plausibilidad explicativa. “En algunos casos, los niños no se quedaron en la etapa de contabilizar cuántas veces aparece la misma información, sino que trataron de interpretar lo que leían con base en sus conocimientos previos”.

Un criterio más, que apareció únicamente entre los niños de sexto año de primaria, fue hacer uso solo de aquella información contenida en sitios que no pueden ser editados por cualquier persona. “Ellos citaron el ejemplo de Yahoo Respuestas, donde cualquiera puede contestar, mientras que si se trata de un sitio de Internet que no puede ser editado por cualquiera, la información puede considerarse confiable”.

Al referir por qué es relevante conocer cómo enfrentan este tema los niños, las investigadoras explicaron que si bien es cierto que evaluar la confiabilidad de la información siempre ha sido un reto, antes del auge de las nuevas tecnologías de la información esa era una tarea que realizaban otras personas, sin embargo, ahora esa responsabilidad está en sus manos.

“Hoy en día, aunque queramos mantener esa dinámica dentro de las escuelas, los niños tienen acceso a todo tipo de información en Internet y en consecuencia es importante saber qué tantas herramientas tienen para evaluar la información que están encontrando”.

A decir de las investigadoras, esta es una de las habilidades que evalúa la prueba PISA y en la que México obtiene resultados negativos de manera constante. Ante ello, el trabajo asesorado por la doctora Emilia Ferreiro, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav del IPN, propone profundizar en la construcción del pensamiento de los niños al interactuar con Internet.






¿QUÉ ES EL BULLYING? Claves para identificar casos de acoso escolar

Dr. Sabel Gabaldón, Jefe de Sección de psiquiatría del Hospital Sant Joan de Déu

El bullying, o acoso escolar, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberbullying o ciberacoso.

Existen varias formas de acoso escolar, ya sea mediante maltrato físico, emocional o social, intimidatorio o incluso el ninguneo se puede considerar como una forma de bullying.






¿EN DÓNDE ESTÁN NUESTROS NIÑOS SOBREDOTADOS?

29 de mayo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt). El Centro de Atención al Talento (Cedat) organizó el tercer Congreso Internacional de Sobredotación Intelectual que tiene el objetivo de visibilizar a los niños con un cociente intelectual (CI) más alto del promedio y ayudarles a explotar su máximo potencial.

En el evento, que tuvo lugar en el Centro Cultural Roberto Cantoral en la Ciudad de México, se reunieron especialistas e investigadores que concordaron en la especial atención que necesitan estos jóvenes para ayudarles y prevenir riesgos en sus contextos escolares.

Los temas abordados en las distintas ponencias fueron la educación para docentes de niños sobredotados y la atención especial a las niñas, así como la disgenesia poblacional y el emprendimiento en “niños genio”.

El foro tuvo aliados estratégicos como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la Federación Mexicana de Sobredotación Intelectual, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y el World Council for Gifted and Talented Children.

 

Andrew Almazán Anaya, director de Investigación y Psicología del Cedat, dijo que en México hay un gran porcentaje de niños sobredotados. Calculan que son tres entre cada 100 niños, por lo que habría más de un millón de niños con estas características en todo el país.

Sin embargo, mencionó que hasta ahora, en México, solo hay detectados alrededor de ocho mil jóvenes con un CI por arriba del promedio, por lo que el trabajo de diagnóstico tiene que ser mucho más amplio, es decir, en todos los estados de la república.

La detección de niños con un coeficiente intelectual superior al promedio es un área emergente en México, ya que en los últimos años, gracias al esfuerzo de varias instituciones, han podido detectar más casos.

“Hasta ahora, solo en tres estados el Cedat tiene incidencia para detectar y atender casos de sobredotación intelectual, estas entidades son la Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México. Sí hay niños de otros estados que se atienden en el Cedat pero tienen que recorrer grandes distancias”, explicó el doctor Andrew Almazán.

Agregó que ellos trabajan en el área infantil para incidir en la educación de los niños y poder dejar una huella para que empiecen a aprovechar su potencial en la adolescencia y en la edad adulta.

Otro factor importante es minimizar el riesgo de la socialización de los niños para que no sean objeto de burlas dado su alto CI con respecto al promedio. Los demás riesgos van desde los malos diagnósticos hasta la deserción escolar.

El Centro de Atención al Talento® (Cedat) surgió para servir a una parte de la población, los niños con mayor capacidad intelectual, que en incontables ocasiones sufren discriminación educativa y social. Checa el siguiente enlace (http://www.cedat.com.mx/es/CEDAT.html) para más información.

Además, mencionó que México se encuentra en la primera posición en lo que se refiere al trabajo con sobredotados en América Latina porque en el país ya se reconoció legalmente su existencia. El siguiente paso, según Andrew Almazán, es el establecimiento de políticas que los visibilicen.

“Queremos abordar el campo de la sobredotación desde diferentes perspectivas, desde el área de la economía, la dimensión social, hasta el punto de vista genético, queremos mostrar todas las áreas en donde impacta la inteligencia”, dijo.

Del mismo modo, comentó que el congreso tiene una parte importante dirigida a los niños porque se reúnen, hacen talleres y exponen. También hay actividades para los padres, con la intención de que sepan más acerca de la actitud y características de sus hijos, lo que ayuda a que desarrollen en plenitud sus habilidades.

Entre los principales oradores del congreso, destacaron el director de la Agencia Espacial Mexicana, el doctor Javier Mendieta; el doctor Helmuth Nyborg, de la Universidad de Aarhus de Dinamarca; el doctor José Antonio Rodríguez, de la Universidad Interamericana de Puerto Rico; el doctor Jonathan Wai, de la Universidad Duke de Estados Unidos; el doctor Eric Porras, del ITESM; y la doctora Elena Labastida, de la Universidad Anáhuac.

Durante el encuentro se llevó a cabo una competencia de conocimiento de niños sobredotados y expusieron avances de investigaciones del Programa de Potenciación Intelectual del Cedat. Los organizadores expresaron que entre los dos días acudieron más de 900 personas al tercer Congreso Internacional de Sobredotación Intelectual.




REPETICIÓN Y NOVEDAD EN EDUCACIÓN

Los actos educativos actualizan un problema filosófico fundamental que es cómo resolver la tensión entre reproducir lo que hay (saberes, valores, etc.) y dar lugar a lo diferente (la novedad) que puede haber. Los cambios deben generarse en el orden del pensamiento. Sin embargo, para que aparezca la novedad debe irrumpir el pensamiento del otro (la familia, un docente no convencional, los alumnos, etc.). Dr. Roberto Rosler

Cada acto educativo actualiza un problema filosófico fundamental que es cómo resolver la tensión entre reproducir lo que hay (saberes, valores, etc.) y dar lugar a lo diferente (la novedad) que puede haber.

Los procesos educativos institucionalizados, entre los que se encuentran las escuelas de todos los niveles, son estructuras complejas de repetición cuyas disrupciones y recomposiciones están ligadas al inicio de procesos de subjetivación en sus alumnos.

Todo cambio real lo es en el orden del pensamiento. En virtud de ello se contrapone la repetición propia de la transmisión de conocimientos (estado de normalidad) con la irrupción que implica la intervención novedosa del pensamiento (acontecimiento).

Esto permite afirmar que toda recomposición subjetiva del alumno supone una manera nueva de pensar y pensarse en una realidad y contexto.

Se podría caracterizar a la educación como una estructura compleja de repetición que cumple funciones de objetivación y subjetivación. Debido a esto cualquier innovación le es ajena porque implica una reestructuración de lo que hay o aún su disolución.

Desde su lógica el cambio le es conflictivo.

Cuando el docente se dirige al alumnado lo hace en forma abstracta a un conjunto ficticio (el alumno medio, el sujeto pedagógico). No se trata de multiplicidades concretas sino de una ficción que homogeneiza lo que hay (ciertos individuos, ciertos saberes).

La multiplicidad infinita que es un alumno siempre escapa a cualquier encuadre educativo y, por lo tanto, es necesario “construir” un joven escolarizable y disponer de las estructuras para educarlo.

Pero a pesar de que la educación es una estructura compleja de repetición, siempre incluye puntos-sitios en los que su constitución está al borde de la crisis. La normalidad de toda situación está construida sobre potenciales puntos de ruptura.

Como afirma la pedagoga Adriana Puiggrós: “Toda institución posee una falla… Esa falla es la que permite que nuevos elementos irrumpan (¿La familia, un docente no convencional, los alumnos?), penetrándola y haciendo posible el cambio”.

Para el filósofo Alain Badiou educar es “disponer los saberes de manera tal que alguna verdad pueda agujerearlos”.

Para las pedagogas Marcela Caruso e Inés Dussel la institución educativa impone de entrada una renuncia en la enseñanza y en el aprendizaje: tanto el que enseña como el que aprende deben renunciar a tomar una posición subjetiva respecto del conocimiento. Deben dejar de lado las decisiones que habrían debido tomar frente al abismo del no-saber, deben anular los desafíos de construir el vínculo entre los nuevos conocimientos y sus trayectos personales.

La novedad se da paradigmáticamente en el lugar de la irrupción del pensamiento del otro (del “extranjero”: familia, un docente no convencional, los alumnos).




LOS DOCENTES ¿HAN DISEÑADO O IMPLEMENTADO ALGUNA ESTRATEGIA PARA CORREGIR LOS ERRORES DE LOS ESTUDIANTES?

La forma más sencilla es compartir los resultados y estrategias de solución, cuidando de no ser ofensivos para aquellos equipos que no lograron llegar a una solución correcta.

De inmediato responder a las preguntas que les permite llegar a la solución del problema y “explicar” el algoritmo o proceso para llegar a la solución.

No dejar que los alumnos se vayan de clase con la insatisfacción (angustia) de lograr un buen desempeño, estas sencillas ideas logran grandes efectos positivos en el ánimo de los estudiantes.

El error como oportunidad de aprendizaje. ¿Y si dejamos de castigar los errores?

Puede que esta escena te sea familiar, porque tú mismo la has vivido en el pasado. La profesora formula una pregunta en clase. Estás convencido de que tienes la respuesta, levantas la mano y contestas con mucha seguridad. Inmediatamente, te hace saber que te has equivocado. No era la respuesta correcta.

En el mejor de los casos, pasa al siguiente estudiante; en el peor, hace un comentario poco afortunado. Si alguna vez te ha sucedido: ¿recuerdas cómo te sentiste en ese momento? Quienes podemos recordarlo, usamos términos como humillación, vergüenza o deseos de desaparecer ante el error. Puede que haya sido momentáneo, y esos sentimientos no hayan dejado huella. Pero también cabe la posibilidad, sobre todo si la respuesta de tu profesora fue vergonzante o poco alentadora, de que inconscientemente hayas decidido dejar de arriesgar.

La respuesta equivocada

El problema es que necesitamos esos momentos en los que “damos la respuesta equivocada”, porque están llenos de oportunidades para aprender. Contrariamente a lo que muchos pueden suponer, cometer un error y ser corregido es una de las maneras más poderosas de adquirir y retener un aprendizaje. El punto está, entonces, en cómo reaccionamos ante la respuesta equivocada de un alumno y cómo le ayudamos a aprender de sus errores.

Cometer un error y ser corregido es una de las maneras más poderosas de adquirir y retener un aprendizaje