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Jueves 28 de marzo de 2024

LOS COMETAS

¿Sabías que los cometas que vemos por el cielo nocturno pueden haber traído hace miles de millones de años, los elementos básicos para la vida a nuestro planeta?

En el pasado lejano, los cometas hacían que la gente se sintiera intimidada e inquieta. Eran considerados estrellas "con el cabello largo" que aparecían en el cielo en forma imprevisible e imprevista. Para algunos observadores clásicos, un cometa alargado parecía una espada ardiente que atravesaba el cielo nocturno. Los astrónomos chinos guardaron registros durante siglos, con ilustraciones de los tipos característicos de las colas de los cometas. Tomaron nota de los momentos en los que aparecieron y desaparecieron los cometas, además de las posiciones celestiales. Estos anales históricos de los cometas resultaron ser un recurso valioso para los astrónomos de generaciones posteriores.

Ahora sabemos que los cometas son restos de los comienzos del sistema solar, hace alrededor de 4,600 millones de años. Los cometas consisten mayormente en hielo cubierto con material orgánico de reposo. Fueron llamados bolas de nieve sucias. Es posible que arrojen pistas importantes acerca de la formación de nuestro sistema solar. Probablemente, los cometas trajeron agua y compuestos orgánicos, elementos básicos para la vida, a los primeros momentos de la Tierra y a otras partes del sistema solar.

Cada cometa posee una pequeña parte congelada llamada núcleo, que, a menudo, no es más grande que unos pocos kilómetros. El núcleo contiene trozos de hielo y gases congelados con trozos de rocas y polvo incrustados. El núcleo puede tener un interior rocoso pequeño.

Según lo especulado por el astrónomo Gerard Kuiper en 1951, hay un cinturón de cuerpos congelados tipo disco apenas más allá de Neptuno, en donde una población de cometas oscuros que orbitan alrededor del sol en el entorno de Plutón. Estos objetos congelados, que en ocasiones son empujados por la gravedad en órbitas que los acercan al sol, se convierten en los llamados cometas de períodos cortos. Les lleva menos de 200 años orbitar alrededor del sol y, en muchos casos, su aspecto es predecible porque pasaron por allí antes.

Los cometas de período largo son menos predecibles: muchos de ellos provienen de una región llamada nube de Oort, ubicada a alrededor de 100,000 unidades astronómicas de distancia del sol (el equivalente a 100,000 veces la distancia entre la Tierra y el sol). Estos cometas de la nube de Oort pueden tardar hasta 30 millones de años en completar un viaje alrededor del sol.

Un cometa se calienta a medida que se acerca al sol y desarrolla una atmósfera o coma. El calor del sol hace que el hielo del núcleo se convierta en gas para que la coma se agrande. La coma puede tener un diámetro de cientos de miles de kilómetros. La presión de la luz solar y las partículas solares de alta velocidad (viento solar) soplan los materiales de la coma lejos del sol, formando una cola larga y, a veces, brillante. En realidad, los cometas tienen dos colas: una de polvo y un plasma (gas ionizado).

La mayoría de los cometas viajan a una distancia segura del sol: el cometa Halley no llega a más de 89 millones de kilómetros (55 millones de millas). No obstante, algunos cometas, llamados kamikaze o sungrazer, se estrellan contra el sol o se acercan tanto que se rompen y evaporan.

Tentados por las pocas imágenes del núcleo del cometa Halley tomadas durante la misión Giotto, y durante muchos años, los científicos quisieron estudiar los cometas en detalle. En 2001, la nave especial Deep Space 1 de la NASA pasó por el cometa Borrelly y fotografió su núcleo, de alrededor de 8 kilómetros (5 millas) de largo.

En enero de 2004, la misión Stardust de la NASA voló con éxito dentro de los 236 kilómetros (147 millas) del núcleo del cometa Wild. En 2006, Stardust recogió partículas de cometas y polvo interestelar para una muestra de retorno a la Tierra. Las fotografías tomadas durante este paso cercano del núcleo de un cometa muestran chorros de polvo y una superficie rugosa y con textura. El análisis de las muestras del Stardust indica que es posible que los cometas sean más complejos que lo que se pensó en un principio. En las muestras había minerales que se formaron cerca del sol o de otras estrellas. Este hallazgo sugiere que los materiales de las regiones internas del sistema solar viajaron a las regiones exteriores en donde se formaron los cometas.

Otra misión de la NASA, llamada Deep Impact, hizo un paso cercano y un impactor. En julio de 2005, la NASA lanzó el impactor en el camino del núcleo del cometa Tempel 1 en una colisión planificada que vaporizó el impactor y expulsó grandes cantidades de material fino en polvo de debajo de la superficie del cometa. Camino al impacto, la cámara del impactor tomo imágenes del cometa con sumo detalle. Dos cámaras y un espectrómetro en la nave de paso cercano grabaron la espectacular excavación que reveló la composición interna y la estructura del núcleo.

La nave especial de Deep Impact y la de Stardust están en buenas condiciones y fueron enviadas a otro objetivo. La misión de Deep Impact llamada EPOXI (Extrasolar Planet Observation and Deep Impact Extended Investigation) comprende dos proyectos: La investigación extendida Deep Impact, que en 2010 encontró al cometa Hartley 2, y la investigación Extrasolar Planet Observation and Characterization, que busca planetas del tamaño de la Tierra alrededor de otras estrellas. En 2011, cuando la misión Stardust hizo una nueva exploración del Tempel 1 o NExT, la NASA regresó al cometa Tempel 1 y observaron cambios en el cometa a raíz del choque del 2005 con Deep Impact.

Artículo original:

http://solarsystem.nasa.gov/planets/profile.cfm?Object=Comets&Display=OverviewLong