Villa Educación

Jueves 18 de abril de 2024

Talavera Mexicana

 
 

Los procesos artesanales para la elaboración de talavera constituyen una práctica cultural con la que se identifican dos comunidades en México: Puebla y Tlaxcala.

A pesar de los años y la tecnología, el proceso artesanal de producción, las técnicas de elaboración, el esmaltado y decorado, siguen siendo los mismos que en el siglo XVI.

Por ello, Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), entregó ayer a México el Certificado de Registro Binacional (México/ España) del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

El documento fue recibido por la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, y por el canciller, Marcelo Ebrard Casaubón, en una ceremonia oficial que se llevó a cabo en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

“Debemos comprender que el patrimonio inmaterial es un patrimonio vivo, y los artesanos que hoy nos acompañan representan la salvaguardia de esa herencia que los Estados están comprometidos a sostener mediante políticas públicas y, sobre todo, porque nos permite soñar con la continuidad de este saber. Esperemos que cada vez que se presenten elementos tan fundamentales de las culturas de las naciones y de los Estados miembro de la UNESCO, pueda ser con este sentido de identidad, de respeto, pero también con visión de futuro”, aseguró Ernesto Ottone Ramírez, subdirector general de Cultura de la Unesco.

Esta es la décima manifestación inscrita por México en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; sin embargo, es la primera binacional del país y la primera transcontinental de América Latina.

“Desde época prehispánica, México es un país moldeado en barro, así empezó un diálogo a través de la tierra, el agua y el fuego, que entró en plena concordancia con la tradición alfarera venida de España, de modo que el manejo de la talavera se dio de forma muy natural y es lo que hoy se está reconociendo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, sostuvo Frausto Guerrero.

El compromiso que implica la inscripción, de acuerdo con la secretaria de Estado, exige implementar planes de salvaguardia que garanticen la sostenibilidad de todo el proceso —desde la fabricación y la dotación a los talleres de los recursos necesarios para su funcionamiento, hasta su comercialización—, en beneficio de los portadores de esta tradición.

El artesano Virgilio Pérez García comentó que son cientos de generaciones que han mantenida viva la talavera. “Gracias a quienes recolectan el barro, lo amasan, lo limpian, moldean, a quienes preparan el esmalte y los colores naturales, quienes transfieren las caprichosas formas sobre la superficie, quienes les dan color y hornean las piezas, así como a quienes lo presumen en el mundo y hacen un esfuerzo para mantener sus estándares de calidad”.